Una vez elaborado el queso, se inicia otro proceso: el de maduración y afinado. El paso del tiempo irá madurando las piezas hasta obtener quesos semicurados, maduros y añejos que cuentan con un mínimo de dos, seis y doce meses de curación, respectivamente. Con el afinado se procuran los cuidados necesarios para cada tipo de queso, logrando que se ajuste a las características deseadas. De este modo podemos controlar y asegurar la calidad de cada pieza de este producto artesanal.